Evitar el “Ahora”

Evitar el “Ahora” es otra estrategia de nuestra mente, que hace que nos mantengamos desconectados de nuestra realidad más interna, y en algunos casos llega a provocar un continuo estado de inquietud y sufrimiento. Sin embargo ya lo dijimos, nuestras adversidades se pueden convertir en nuestras mejores oportunidades, y el “Ahora” es también una puerta, una poderosa herramienta para entrar y vivir a través de nuestro mundo interior. Es un eficaz recurso para conectar de nuevo con nuestro campo energético, el  vínculo que nos une con la energía de la totalidad. Estar "presente" es aprender a vivir la vida de dentro hacia fuera y no al revés, que es como lo solemos hacer.   

 A través de la historia todos los grandes maestros se percataron que tanto el tiempo como el espacio son relativos, dependen siempre del observador, y aunque a la gran mayoría le chocará esto que vamos a decir, en última instancia son una mera ilusión, cumplen la única función de crear el entorno que permita desarrollar nuestra actividad. No hay prueba alguna que muestre que el tiempo es objetivo, si no nos creen pregunten a algún físico, porque ¿Qué es el tiempo? Agustín de Hipona o San Agustín, considerado uno de los padres de la Iglesia, y uno de los filósofos cristianos más importantes de todos los tiempos, se hizo esa misma pregunta hace mil quinientos años. Él mismo se respondió: Si alguien me lo pregunta sé lo que es. Pero si deseo explicarlo no puedo hacerlo.

Nuestra cabeza nos devuelve constantemente al pasado, rememorando situaciones que ya ocurrieron, o nos proyecta a un futuro, que a pesar de ser incierto, construimos con certera precisión. Es lo que hemos venido denominando montarnos la película, aunque a la postre queda demostrado que la mayoría de las veces coincide poco o nada lo imaginado con el resultado real. Y aun así no podemos dejar de hacerlo, es nuestro mayor entretenimiento. Como ya apuntamos en varios artículos la causa de nuestro sufrimiento (y por supuesto de nuestro comportamiento inconsciente), siempre es causada por nuestra identificación con los pensamientos, nos creemos como verdades absolutas todo lo que pensamos, sin cuestionarnos en general la procedencia de estas “ideas”. Conseguir dejar de pensar compulsivamente es una gran liberación, por eso la meditación es una fuente de tranquilidad, de serenidad, pero de ella solo se puede beber mientras estamos meditando. Sin embargo estar plenamente presente, vivir en el ahora es sin duda una manera muy practica y enormemente efectiva de quitarle fuerza a nuestros pensamientos, abriendo una posibilidad real para dejar de permanecer bajo el yugo de la mente, de nuestro ego.

Si lo piensan fríamente no hay nada más que el presente, todo lo demás es una ilusión, el pasado ya ocurrió y el futuro es solo una composición de situaciones “probables”. Sin embargo nos vemos “martirizados” con contundencia por uno y por otro. Las situaciones traumáticas que ocurrieron en el transcurso de nuestra vida vuelven una y otra vez para atemorizarnos, ¿Cómo es posible que algo que ocurrió hace tanto tiempo provoque el mismo efecto que si hubiera acontecido ayer? Y lo mismo ocurre con el futuro, siempre al final acaban martirizándonos esas “situaciones malas” que nos pueden ocurrir, sean las que sean.

¡Sean firmes! Lo único que existe es presente, es lo único que hay. Por eso les vamos a dar otro principio para que lo tengan siempre “en mente”:

“SOLO EXISTE EL PRESENTE”

 Para llevarlo a la práctica deben estar siempre atentos, en continuo estado de observación, no abandonarse a divagaciones, pero sobre todo “cortar de raíz” con cualquier situación traumática del pasado. No tienen porque atravesar por ellas otra vez, ni tampoco hay que dejarse atemorizar por un futuro incierto. Vivir en el momento, el día a día es la mejor terapia de liberación. Prueben a pasear, preferiblemente solos, y fíjense en todo lo que le rodea, en su respiración, en sus pisadas, los ruidos, incluso pueden caminar en ciertos momentos con los ojos cerrados, lo que obliga seguro a prestar mayor atención. Si no podemos dejar de pensar, por lo menos hagamos que estos pensamientos sean de calidad y la mejor manera de empezar es observando detenidamente todo lo que nos rodea.

¿Significa esto que no voy a poder hacer planes de futuro? El hecho de vivir en el presente no impide que tengamos la posibilidad de tener algún proyecto vital, pero será algo totalmente distinto. Simplemente diremos: ¡Voy a aprender a pintar! o ¡Voy a empezar a estudiar otra vez!, pero una vez hayamos tomado esa decisión no vamos a depositar nuestra felicidad en el resultado. Trabajaremos y viviremos con sinceridad, tranquilos, disfrutando de cada momento, porque habremos aprendido que:

En el camino y no en el resultado está el éxito