viernes, 10 de junio de 2011

La vida después de la muerte


La sociedad, la cultura occidental en algunos  aspectos  está muy avanzada con respeto otras culturas, pero no en todo.
A nivel espiritual, se podría decir que seguimos anclados en el no retorno del sometimiento de la religión, que por lo general suele ser mayoritariamente católica. Y con todo lo que conlleva, a nivel social, cultural, costumbres, etc. seguimos aún muy anclados en la imagen tétrica, tenebrosa y oscura del paso natural de la vida de un ser vivo, lo que mal llamamos, la muerte.


Me doy cuenta que en general, nuestra sociedad, no habla de este tema con naturalidad, no se habla de ello a los niños, salvo algunos casos, y por supuesto, no se hace ver o no se entiende la importancia de este hecho en nuestra evolución, en nuestro aprendizaje.

Por no hablar del ya tétrico y fúnebre ritual a los que estamos generalmente acostumbrados, entierros, donde el llanto, el dolor profundo, el luto, etc. actos que entre todos, hacen de ese momento quizás aún más doloroso y difícil de llevar.

Algunas personas, pensamos que la muerte de un ser querido, no tiene porqué ser tan doloroso y cruel. Es cierto que es triste, que un ser querido te deje, “se marche” pero eso no quiere decir que tengas que amargarte la vida, ni tener que aparentar por lo que puedan decir… y por supuesto, el acto de despedida puede ser mucho más sincero de corazón, abierto y hasta cierto punto….feliz. La vida no se acaba con la muerte, hasta el punto que la vida sigue después de la vida.


Este hecho es algo que no muchos entienden o comprenden e incluso la religión católica en algunos conceptos y formas, temas, etc. rechaza. La muerte como tal no existe, quizás podríamos comprender este paso como un cambio de estado, de dimensión de la conciencia, la energía, el espíritu, el alma o como queramos llamarlo.

Igual que el gusano de seda, cambia y se transforma en mariposa, así el hombre, el espíritu concretamente, al morir su cuerpo físico, su envoltorio, su traje, abandona este para volver a su estado natural, porque aunque muchos les cueste entender, este mundo físico en donde todo se puede tocar, oler, etc. No es el mundo real.

El mundo físico es un lugar de paso, donde aprender, para poder evolucionar nuestro ser, nuestro espíritu, nuestra luz interior. Pero este tema nos llevaría y nos puede llevar a otros que quizás prefiera tocar en otra ocasión.

Volviendo al tema inicial, personalmente, no me gustan nada por lo general, los cementerios, porque mucha gente va allí a llorar, para hablar con sus seres queridos, a buscarlos, y francamente, buscar o querer hablar con un ser querido que se marchó, se puede hacer en cualquier lugar, incluso en casa.

Ya pagamos bastante en la vida en hipotecas y alquileres como para tener que pagar para cuando esté uno muerto, como dirían unos amigos.

Por lo general, los espíritus no suelen visitar esos sitios, no les gusta, ya que les recuerda y les atrae al mundo material y físico que dejaron, salvo aquellos que aún no han sabido abandonar su apego a lo físico, que en ese caso suelen ser seres perdidos, confundidos, etc. Si es cierto que hay algunos cementerios que tienen cierto encanto, al no ser tan tétricos, y ser más agradables a la vista.

En cualquier caso, es importante tener a esa persona en el recuerdo en el corazón, pero sin aferrarse a este, recordar a la persona que se marchó con amor y con gratitud.

Los viajes astrales, son otra forma de ver y comprender el hecho de que se puede salir del cuerpo físico.




Recuerda, la energía no se destruye, se transforma.


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