jueves, 17 de noviembre de 2011

Teoria del comportamiento

¿Porqué determinados comportamientos bajan mi vibración?  

Podemos diferenciar cuatro modelos básicos de relaciones entre personas: Sentimentales, Familiares, De Amistad o Laborales, y aunque cada tipo de relación posea unas características especiales, nos hemos dado cuenta que desplegamos las mismas estrategias de inconsciencia en todas ellas, aunque luego cada una tenga sus propias peculiaridades. Pues bien, en lo que todos coincidimos, y es muy fácil de comprobar, es que determinadas actitudes internas provocan estados de inquietud, nerviosismo y descontento, y por tanto lo normal será acabar teniendo comportamientos acordes con ese estado de desequilibrio interior, lo que aumentará aún más la negatividad y por tanto bajará la vibración del campo energético. Cuando eso ocurre no se puede ser objetivo, ni se piensa con claridad. Seguiremos sumidos en estados de inconsciencia y viviendo en constante sufrimiento. Les ponemos un ejemplo, ocurre siempre que se han irritado, aunque la causa lo justifique, y acaban resolviendo la situación a gritos, o algo peor. Para poder evitar que estas actitudes tan destructivas lleguen a materializarse es de gran ayuda conocer cuales son esos pensamientos y mecanismos internos que nos fuerzan a permanecer siempre descontentos, sobre todo con nuestras circunstancias personales, que nunca serán suficientemente buenas. Además siempre encontraremos alguien o algo que lo echa todo a perder. Son las estrategias de nuestro oponente, pero resulta que la mayoría de las veces encontramos en nosotros mismos nuestro más duro adversario...recuerden.   

          Estrategias mentales para permanecer en estados de inconsciencia

 Primero de todos encontramos:  El Temor al Rechazo Social, a no ser aceptado como parte del grupo, lo que en el fondo está reflejando nuestro miedo a la soledad, y la falta de seguridad en nosotros mismos. En la antigüedad uno de los más terribles castigos que se podían infligir era el "Ostracismo", el destierro de un miembro de la tribu, que era abandonado a su suerte, sin garantía alguna que le llevara a pensar que iba a sobrevivir. La posibilidad de abandono, de exclusión social, es un sentimiento que ha perdurado en el subconsciente desde nuestra más tierna infancia. Nos atemoriza, por eso nos dejamos arrastrar e influenciar por lo que la mayoría hace, en detrimento muchas veces de nuestra propia naturaleza. Esto provoca que vivamos en un eterno conflicto, entre mostrarnos como realmente somos o lo que “se espera” de nosotros. Seguro que muchos saben de lo que estoy hablando. Cuanto antes afronten esta verdad, mucho mejor para ustedes, no se puede vivir con la máscara de alguien que no se es. Además se sorprenderían como los miedos y traumas infantiles llegan a limitar nuestras acciones. A partir de ahora muéstrense como son, sin complejos, quien de verdad le quiere le aceptará tal cual son, y los que no lo hagan…bueno no pasa nada, los amigos vienen y van, habrá personas que saldrán de su vida, pero otras nuevas llegarán. 
Echarle La Culpa A Otro puede ser una buena salida, otra estrategia muy efectiva de la mente para ver en los demás los culpables de todos nuestros problemas, impidendo que podamos actuar sobre aquellos aspectos y comportamientos de nosotros mismos que nos están perjudicando, y por supuesto se evita así que progresemos en nuestro desarrollo personal. Este principio no lo hemos sacado de un manual para acender en el trabajo, buscar culpables es sin duda el mecanismo interno de defensa más utilizado por todos, siempre fue más fácil echar balones fuera, que tomar la responsabilidad de nuestra vida, sobre todo en lo que se refiere a como nos sentimos. Esto ocurre porque seguimos identificándonos con la mente y sus ideas, permanecemos bajo sus designios, deseos y frustraciones. No encontrarán la manera adecuada de comportarse si están demasiado condicionados por elementos externos, pero sobre todo por esa voz en su cabeza que no deja de quejarse. Por eso una buena forma de empezar a actuar con verdadera libertad es no echar la culpa de lo que nos ocurre a los demás, no ver en las personas un impedimento, sino una ayuda para evolucionar y poder practicar la paciencia y el amor, por ejemplo. Tomen responsabilidad de sus vidas, ¡claro que habrá obstáculos!, y no siempre las cosas saldrán como queremos, pero afrontar las situaciones con serenidad, saber encajar los golpes, es lo que hacen los adultos. Si en vez de echarle la culpa a los demás de sus fracasos, empiezan a trabajar la serenidad, pronto se darán cuenta que su vida puede ser todo lo maravillosa que ustedes quieran, dejarán de atraer los problemas y el caos. Recuerden:




El exterior es sólo un detonante de nuestro estado interior.    



     

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