domingo, 26 de junio de 2011

Los niños indigo y cristal



Los Niños de Hoy, Niños Índigo y Cristal, ¿Quienes son? Llegan a la tierra, traen mensajes de conciencia y expansión. Traen consigo una gran madurez espiritual. Saben a donde van, y hasta algunos tienen destellos del lugar de donde provienen.

Traen enseñanzas, proponen cambios. Tienen una gran misión: recordarnos quienes somos; vienen a despertarnos de los sueños materiales en los cuales nos hemos dormido.
Su impulso espiritual los empuja a hacer, a decir y a actuar.

Son los Niños de Hoy, los Nuevos Niños. Grandes seres espirituales jugando a ser niños. El amor los impulsa, buscan cambiar la tierra, cambiar al hombre, transformar la realidad.

Quien quiera reconocer a estos niños, simplemente mírelos a los ojos, su transparencia y pureza desnuda el alma de quien los mira. Miran fijo, de forma sabia y madura.

Hay muchas teorías que hablan de niños Índigo y Cristal. Nos podemos preguntar: ¿Quienes son los niños índigo?, ¿Y quienes los niños Cristal? O bien podemos preguntar: ¿Qué es la energía índigo? ¿Y qué es la energía Cristal?


Son seres con una energía diferente a la de otros, ni mejor ni peor, solo diferente, porque todos los seres son igual de importantes y necesarios, si cada uno cumple con su parte y no se olvida a qué vino.

Estos seres nuevos, están en este mundo pero muchas veces se sienten ajenos a él, sienten una gran melancolía porque saben que hay algo más y no saben como alcanzarlo. Son seres que se angustian al ver el mundo como está, y buscan las posibilidades de cambiarlo.



El Índigo como niño es activo, energético e imaginativo. Se pueden entretener ellos mismos y jugar en su propio mundo por horas. Con frecuencia tienen amigos imaginarios, y adoran a las hadas y los delfines.

Los niños con frecuencia tienen más de una tendencia hacia el comportamiento hiperactivo y destructivo. Esto está probablemente determinado culturalmente por la necesidad de nuestra sociedad por expresar el dominio del hombre, el cual es adquirido por ellos a una etapa temprana.

La inteligencia excepcional de los Índigo puede ser exasperante para los adultos. A ellos no se les dirá “qué hacer”, sino que querrán debatir y negociar cada instrucción. Hasta que el padre aprenda que se le está enseñando a respetar el derecho a elegir del niño, y honrar esa elección, ellos continuarán confrontándose en cada oportunidad con la lucha de poderes y batallas de voluntad.

La forma correcta de manejar a un Índigo es estar deseoso de negociar, explicar y ofrecer opciones. Las instrucciones vacías de “haz lo que se te dijo” solamente producirán hostilidad o indiferencia.

A los Índigo con frecuencia no les gusta la escuela intensamente. Se aburren con el paso lento (para ellos) y las tareas repetitivas consideradas adecuadas para los niños por los maestros que no entienden su inteligencia.

Ellos batallan con la autoridad y la presión social, que pueden ser bastante agobiantes para un alma índigo joven con poco entendimiento real del “poder sobre otros”, de los estados comunes de dominación y sumisión para la sociedad de la Tierra.



Como la mayoría de los adolescentes, los Índigo alcanzarán la transición del estado de pubertad y se volverán mal humorados e introvertidos ya que su cuerpo cambia. Sin embargo, en esta etapa, los Índigo jóvenes con frecuencia comienzan a ver a través del intenso materialismo y los dramas de víctima que forman las bases de la mayoría de la vida de los adultos en el mundo moderno.

En este punto ellos con frecuencia se “desconectan” de estos estilos de vida y optan por “alternativas” que consideran con más significado o más divertidas o sólo simple reto a los adultos. Desafortunadamente, muchas de estas incluyen la cultura de las drogas y varias fiestas de trance que incluyen estados de felicidad inducidos químicamente que son cortos y provocan adicción.



Otra forma de comportamiento adolescente auto-destructivo sucede cuando el niño enfrenta los valores de los padres y busca sobrellevarlos. Esto puede ser alarmante, ya que los Índigo por naturaleza son dotados y talentosos de manera excepcional. Estos Índigo con frecuencia desarrollan fenomenales habilidades académicas y técnicas para ganar reconocimiento y éxito, pero sacrifican el desarrollo emocional lo cual puede dañar enormemente más adelante su vida cuando busquen crear uniones significativas.


En sus veintes y a principios de sus treinta, los Índigo generalmente caen en uno de los dos grupos. El primer grupo sigue un camino “feliz” y crea afluencia, generalmente a través de una carrera o en las Artes. Buscan relaciones estables y tener hijos y crear familias. Pero batallan con las exigencias y normas de los sistemas de matrimonio, familia y empleo. Sus almas Índigo luchan por expresar sus esencias y permanecer leales a quienes son mientras todavía están logrando el “éxito” como es dictado por nuestra cultura.

El segundo grupo opta por “separarse”, y con frecuencia los individuos viajan extensamente, volviéndose un “ciudadano global” y batallando para establecerse en algún lugar. Estas personas con frecuencia no tienen una carrera o trabajo arreglados, y viven un alternativo estilo de vida que incluye las drogas. Mientras que con frecuencia claman ser felices, también están frustrados por su incapacidad económica para aspirar a esas actividades “normales” de crear una familia y contribuir a una comunidad.

Ambos grupos están intentando redefinir lo que significa ser un adulto en el mundo contemporáneo, y encontrar formas de vivir su verdad mientras encuentran la felicidad y la estabilidad como adultos. Son la generación que está definiendo nuevas elecciones y nuevas opciones para la vida adulta en la Nueva Tierra.



Los Niños Cristal o la energía Cristal de los Niños


Comencemos por los adultos. ¿Cómo reconocer a un adulto con energía cristal? Soñadores, sensibles, con el corazón abierto al mundo. Leales y sinceros. Saben lo que quieren, pero les cuesta encontrarlo en este mundo. Hablan del amor, pero pocos los comprenden.

A veces se sienten solos, porque no encuentran la pareja, los amigos o familiares con quien compartir lo que traen. Muchas veces no son comprendidos, son tomados como personas indefensas y de baja autoestima. Pero sí saben quienes son, y saben defenderse, pero no como lo hace la mayoría. No pueden pelearse, y menos físicamente, no tienen esa energía. Saben internamente, conciente o inconcientemente, que al lastimar a otros se lastiman a ellos mismos.

A la energía cristal le cuesta encontrar espacio en el mundo. No encajan en los empleos tradicionales, ni en la universidad. Deben buscar nuevas posibilidades, de lo contrario se apagan, se deprimen, les cuesta vivir.

Sin embargo es necesario recordarles que no se han equivocado en venir; la humanidad se ha equivocado, se ha cegado y muchos han perdido la brújula para volver a casa. El mundo necesita de estos seres. El mundo necesita su amor y su mensaje.

Poco a poco los nuevos espacios se abren para la energía cristal. Cada vez son más en la tierra y comienzan a unirse. No deben callar lo que tienen para decir, no deben bajar sus brazos, ni venderse al mundo.



Los niños cristal son intensamente sensibles. No soportan presenciar o ver peleas, injusticias o malos tratos.
A menudo parecen tímidos y callados, pero cuando hablan, saben lo que tienen para decir.
En la escuela muchas veces, lamentablemente son maltratados por los niños con otra energía, pero siempre habrá un índigo para defenderlos.

Son niños profundamente espirituales, y encuentran en el arte el alimento espiritual que necesitan para equilibrarse. Es por ello que la mayoría de estos niños tienen un gran potencial artístico a desarrollar, que bien estimulado servirá como canal de expresión de su alma.
El arte les da vitalidad, ánimo y energía. La música, la pintura, la danza, son su canal para hablar de ellos.

Les cuesta adaptarse a las escuelas tradicionales, sobre todo si estas no estimulan el potencial artístico que traen. Son curiosos, amorosos e inteligentes. Tanto Índigos como Cristales suelen percibir los estados anímicos y pensamientos de las personas. Además absorben fácilmente las energías de su entorno, por lo cual hay que ser cuidadosos y responsables ante ellos.

Los Niños Cristal tienen muchos “dones especiales” que se derivan de sus habilidades multi-dimensionales. Ellos tienen la habilidad, como se mencionó anteriormente, de leer los campos de energía de las personas. También tienen la habilidad de comunicarse telepáticamente, tanto entre ellos como con sus padres.

Los Niños Cristal están muy “conectados” a su grupo par de conciencia. Ellos se apoyan y se ayudan mutuamente en los planos sutiles. Esto también es auténtico, hasta cierto punto, de los Niños Índigo, pero es mucho más pronunciado con los Cristal. Puesto que nacen con una completa conciencia del Chacra del Corazón, son capaces de conectarse con su conciencia de grupo y “canalizar” información. Es por esto que a veces ellos no hablan hasta que tienen alrededor de cuatro o cinco años. No tienen necesidad para hablar, ya que reciben información de otras maneras. Es sólo cuando comienzan a socializar fuera de casa que comienzan a entender la razón del discurso verbal con aquellos que no son telepáticos.

Muchos Niños Cristal también nacen con otras habilidades Psíquicas, que van desde telequinesia a la habilidad de “leer” un libro sin abrirlo. También se dice que son capaces de curarse a si mismos y efectuar cambios físicos en sus cuerpos a través del poder de sus mentes. Sin embargo, este tipo de dones no son la razón principal para su encarnación. Tales dones psíquicos son inherentes en todos los humanos, si tan solo sabemos como acceder a ellos, y los Niños Cristal nos enseñarán. Lo que es importante para ellos es que nos facultemos con poder a nosotros mismos y aprendamos a acceder al Chacra del Corazón y actuar desde un conocimiento de conciencia de unidad y amor.


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