martes, 28 de febrero de 2012

¿Cómo algo puede ser “imperfecto”, si no existe lo “bueno” y lo “malo”?


Una cosa sólo es imperfecta en el grado de que no funciona para cumplir con su propósito. Si una puerta no se abre y se cierra, no la llamarías “mala”. Simplemente dirías que su instalación u operación es imperfecta, porque no cumple con su propósito.

Cualquier cosa que construyan en su vida, en su sociedad humana, que no sirva su propósito de ser humana es imperfecta. Es una construcción imperfecta.

Sólo para hacer una revisión, ¿mi propósito de llegar a ser humano lo es?

Para decidir y declarar, para crear y para expresar, para experimentar y cumplir, Quién Eres Realmente.

Para crearte de nuevo en cada momento en la versión suprema de la visión más grande que hayas tenido acerca de Quién Eres Realmente.

Ése es el propósito de convertirse en humano y ése es el propósito de todo en la vida.

¿En dónde nos deja eso? Hemos destruido la religión, hemos criticado el matrimonio, hemos denunciado a los gobiernos. ¿Dónde estamos entonces?

En primer lugar, no hemos destruido, criticado ni denunciado nada. Si una construcción que crearon no funciona y no produce lo que deseaban que produjera, describir esa condición no es destruirla, criticarla o denunciarla.

Trata de recordar la diferencia entre el juicio y la observación.

No voy a discutir Contigo sobre esto, pero mucho de lo que acabas de decir me parece bastante sentencioso.

Aquí nos constriñe la terrible limitación de las palabras. En realidad, hay muy pocas y, por lo tanto, tenemos que emplear las mismas una y otra vez, incluso cuando no siempre tienen el mismo significado o expresan la misma clase de pensamientos.

Cuando dices que “amas” los postres, con seguridad no quieres decir lo mismo cuando dices que amas a otra persona. Como ves, tienen muy pocas palabras en realidad para describir lo que sienten.

Para comunicarme contigo de esta manera (mediante las palabras), Me permití experimentar esas limitaciones. Concedo que, debido a que parte de este lenguaje también lo has empleado tú cuando eres sentencioso, sería fácil llegar a la conclusión de que estoy siendo sentencioso cuando lo empleo.

Permite que te asegure que no lo estoy siendo. En todo este diálogo simplemente he tratado de decirte cómo llegar a donde dices que deseas ir y describir con el menor impacto posible lo que bloquea tu camino, lo que evita que llegues allí.

Respecto a la religión, ustedes dicen que desean ir a un lugar donde puedan verdaderamente conocer y amar a Dios. Yo observo simplemente que sus religiones no los llevan a allí.

Sus religiones han convertido a Dios en el Gran Misterio y han hecho que no amen a Dios, sino que le teman.

La religión ha hecho poco para hacer que cambien sus comportamientos. Todavía se matan mutuamente, se condenan mutuamente, se hacen “mal” mutuamente. En realidad, son sus religiones las que los han alentado a hacer eso.

Respecto a la religión, sólo observo que ustedes dicen que desean que los lleve a un lugar y que los está llevando a otro.

Ahora dicen que desean que el matrimonio los lleve a la tierra de la dicha eterna o, al menos, a un nivel razonable de paz, seguridad y felicidad. Al igual que con la religión, su invención llamada matrimonio resulta bien al principio, cuando primero la experimentan. No obstante, al igual que con la religión, mientras más residen en la experiencia, más los lleva adonde dicen que no desean ir.

Casi la mitad de las personas que se han casado disuelven su matrimonio mediante el divorcio y, entre las que permanecen casadas, muchas son desesperadamente infelices.

Sus “uniones de dicha” los conducen a la amargura, a la ira y a lamentarse. Algunas (y no un número pequeño) los llevan a un lugar de tragedia total.

Dicen que desean que sus gobiernos aseguren la paz, la libertad y la tranquilidad doméstica y Yo observo que, como los idearon, no hacen nada de esto. Más bien, sus gobiernos los llevan a la guerra, incrementando la falta de libertad, la violencia doméstica y al cataclismo.

No han podido solucionar los problemas básicos de simplemente alimentar y mantener sana y con vida a la gente, mucho menos de satisfacer el desafío de proporcionarles una oportunidad igual.

Cientos de ustedes mueren todos los días de hambre en un planeta donde miles de ustedes desperdician cotidianamente suficiente comida para alimentar a naciones.

No pueden encargarse de la tarea más sencilla de llevar los sobrantes de los que “tienen” a los que “no tienen”, mucho menos solucionar el asunto referente a si desean compartir sus recursos de una manera más equitativa.

Éstos no son juicios. Son cosas que en verdad se observan en su sociedad.

¿Por qué? ¿Por qué es así? ¿Por qué hemos progresado tan poco en dirigir nuestros propios asuntos en los últimos años?

¿Años? Mejor dicho, siglos.

De acuerdo, siglos.

Tiene que ver con el Primer Mito Cultural Humano y con los otros mitos que necesariamente siguieron. Hasta que cambien, nada más cambiará. Porque sus mitos culturales informan su ética y su ética crea sus comportamientos. Sin embargo, el problema es que su mito cultural está en desacuerdo con su instinto básico.

¿Qué quieres decir?

Su Primer Mito Cultural es que los seres humanos son inherentemente malos. Éste es el mito del pecado original. El mito sostiene que no sólo es mala su naturaleza básica, sino que nacieron malos.

El Segundo Mito Cultural que surge necesariamente del primero, es que es el “más capaz” el que sobrevive.

Este segundo mito sostiene que algunos de ustedes son fuertes y otros son débiles y que para sobrevivir, tienen que ser uno de los fuertes. Harán todo lo que les sea posible para ayudar a sus semejantes, pero si o cuando se trata de su propia supervivencia, primero se encargarán de ustedes mismos. Incluso, dejarán morir a los demás. En realidad, harán más que eso. Si piensan que tienen que hacerlo, para que ustedes y los suyos sobrevivan, matarán a otros, supuestamente a los “débiles” (definiéndose a sí como los “más aptos”).

Algunos de ustedes dicen que éste es su instinto básico. Se llama “instinto de supervivencia” y es este mito cultural el que ha formado gran parte de su ética social, creando muchos de sus comportamientos de grupo.

Sin embargo, su “instinto básico” no es sobrevivir, sino la justicia, la unidad y el amor. Éste es el instinto básico de todos los seres sensibles en todas partes. Es su memoria celular. Es su naturaleza inherente. Así se explota su primer mito cultural. Básicamente, no son malos, no nacieron con el “pecado original”

Si su “instinto básico” fuera la “supervivencia” y si su naturaleza básica fuera el “mal”, nunca se moverían instintivamente para salvar a un niño que cae, a un hombre que se ahoga o a cualquier persona de cualquier cosa. No obstante, cuando actúan de acuerdo con sus instintos básicos y muestran su naturaleza básica y no piensan en lo que están haciendo, así es exactamente como se comportan, incluso poniéndose en peligro.

Así, su instinto “básico” no puede ser “sobrevivir” y su naturaleza básica evidentemente no puede ser “mala”. Su instinto y su naturaleza es reflejar la esencia de Quienes Son, que es justicia, unidad y amor.

Al observar las implicaciones sociales de esto, es importante comprender la diferencia entre “justicia” e “igualdad”. No es un instinto básico de todos los seres sensibles buscar la igualdad o ser iguales. En realidad, lo cierto es exactamente lo opuesto.

El instinto básico de todos los seres vivientes es expresar la singularidad, no la igualdad. Crear una sociedad en la que dos seres sean verdaderamente iguales no es sólo imposible, sino indeseable. Los mecanismos sociales que buscan producir la igualdad verdadera (en otras palabras, la “igualdad” económica, política y social) trabajan contra, no a favor de la idea grandiosa y el propósito supremo, que es que cada ser tendrá la oportunidad de producir el resultado de su mayor deseo y, así, recrearse verdaderamente de nuevo.

La igualdad de oportunidad es lo que se requiere para esto, no la igualdad en hecho. Esto se llama justicia. La igualdad en hecho, producida por fuerzas y leyes externas eliminaría la oportunidad para la verdadera autorrecreación, que es el objetivo supremo de los seres esclarecidos, en todas partes.




Escrito extraído del libro de conversaciones con dios

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