Las reglas son muchas, pero fáciles, me dicen que comer, que tomar, que vestir, que mirar, que sentir, que buscar, que creer, a que temer, a quien admirar, a quien imitar, que hacer y como hacerlo.
Pero también me dicen que hacer con quienes no siguen las reglas.
A medida que jugamos vamos ganando habilidades nuevas, y aprendemos a cultivar y a cuidar celosamente estas habilidades, y nos enseñan como estratégicamente hacer uso de estas habilidades.
Cuando el juego termina para mi, todas las fichas vuelven a la caja, pero para los demás sigue.
Me dicen que comer, pero no me dicen como esta hecho lo que como ni como perjudico al medio ambiente ni a mi madre tierra ni a mi cuerpo que es mi templo.
Me dicen que tomar de la misma manera, sin decirme las consecuencias que va a tener en mi metabolismo .
Me dicen que vestir, me piden que pague una suma de dinero importante por esta ropa, ya que esta determinara mi nivel, mi importancia personal, mi imagen ante los demas, y saciara la necesidad de materialmismo de mi ego.
Me dicen que mirar, aunque esto luego de un tiempo, me distraiga de lo que pasa a mi alrededor realmente, tapado por vanalidades y mediocridades de gente que supuestamente es importante, que solo cuida su cuerpo y su imagen e infunden esos valores en la gente. Dejo de pensar, dejo de tener critica y autocritica, juicio de valores, moral, duda. Empiezo a sentir miedo de lo que me dicen que sienta miedo, empiezo a preocuparme por lo que me dicen que tengo que preocuparme,
Luego me dicen no te preocupes, cree en lo que nosotros te decimos, a la larga cuando no estes en el juego seras recompensado, pero sigue las reglas o seras castigado eternamente, pero recuerda que te amamos.
Mientras pasan los años y maduro me dicen que ya es hora de cumplir con mi propósito en la sociedad, que la unica manera digna de vivir y existir es a traves del trabajo hacia una compañía que pisotea todo titere q se le interponga y que yo debo tener la misma ambicion, de amasar, amasar y amasar fortunas, para poder adquirir chiches y caprichos de toda indole a gusto mio, y ahorrar para disfrutar de mi vejez como yo quiera, una divertida manera del siglo 20 de ver la esclavitud. Donde todos trabajamos perdiendo nuestros dias para creer en un futuro que nunca llega y nos encierra en la rutina.
Llego a la mitad del juego, y que obtengo? Un enorme EGO, una imagen bien cuidada, una violencia en mi pecho hacia quien quiera meterse conmigo, una hipocresía de tener mucho mientras otros no tienen nada. Y la creencia de que todos debemos tener un propósito dentro de este juego y si no somos inútiles y obsoletos.
Hay muchos jugadores y dueños en este juego, que debes en cuando pelean entre ellos, generando guerras, que luchan jugadores cansados, que no se conocen entre si, y que por mas que ganen, nunca mas volverán a casa a seguir jugando con su espíritu intacto. Mucha plata se usa en estas guerras, mientras que la pobreza aumenta, la comida escasea, las enfermedades abundan. Y si en vez de pelear usáramos esa plata de juego en comprar comida, ropa, techo, educación y salud para todos, y todos fuéramos jugadores iguales con las mismas chances, seria un juego mas coherente, pero seguiría siendo un juego.
Si de repente decidimos salir a un costado del juego, y miramos el terreno desde arriba, vemos como este juego es injusto e hipócrita, porque nos hacen creer que las reglas del juego son la única manera de jugar, de vivir.
La realidad es que hay pobreza, marginalidad, devastación, un horrible odio hacia nuestra madre tierra, discriminación y violencia, perdidas de los valores humanos, ignorancia, analfabetismo, una pirámide donde solo su cúspide se beneficia haciendo oídos sordos a la base que los sostiene, vivimos en una era tecnológica, donde en su mayoría, esta tecnología no va de la mano de la madre tierra, y nos provee de chiches que mas que hacernos la vida mas amena, nos esclavizan, y nos dan mas importancia respecto a nuestra imagen. Son solo caprichos, apegos, de una vida rutinaria, gris y vacia, llena de falsedades que se dicen ser los propósitos fundamentales de la vida, donde nadie ya se preocupa por estudiar ni nutrirse de conocimiento, ni investigar nada nuevo.
Pero hay que gente, y cada vez mas que se canso de este juego, y que esta armando en suyo, uno donde no hay objetivos al final, mas que el de jugar y que todos ganen, por toda la perpetuidad del tiempo, del hombre, de la tierra y del universo, de la mano de la tierra, de la mano del amor, de la mano del compartir con el prójimo, sin prejuicios, con la tecnología adecuada, con la educación adecuada, donde el espacio se explore no de manera egoísta sino en conjunto con la evolución no de un hombre sino de todos los hombres. El espíritu de lo divino esta en todo y en todos, y no en paredes a las cuales temer y adorar.
Vivamos en el presente y no en futuro, porque este es una proyección de nuestra imaginación. Un hombre sabio dijo que mas importante que lo que hay al final del camino, es recorrer el camino.
Escrito realizado por Leandro Belvedere
Grupo Olas de conciencia
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